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Es el conjunto de maniobras terapéuticas manuales que el profesional lleva a cabo con la finalidad de manipular los tejidos grasos, musculares y la piel de un usuario, con el objetivo de lograr la relajación y/o calmar sus dolores.
El quiromasaje es la suma de técnica e intención, llevada a cabo mediante presión y ritmo para lograr los beneficios esperados.
Directas
Aquellas que se manifiestan en el lugar de aplicación.
Por ejemplo: Bombeo de la circulación sanguínea, estiramiento de los tejidos blandos, despegue de los tejidos cicatriciales, colabora en la rotura de adherencias y fibrosis, aumento de la permeabilidad entre tejidos, descarga de enzimas, mejora la elasticidad de los tejidos y favorece el deslizamiento entre ellos.
Indirectas o reflejas
Surgen a distancia del lugar de aplicación, ejemplos: Relajación, favorece el sueño profundo, alivio del dolor, estimula la microcirculación, proporciona equilibrio del sistema nervioso autónomo.
Mecánicos
Las fuerzas mecánicas relacionadas con cada maniobra afectan a los tejidos, favoreciendo su movimiento y funcionamiento óptimo.
Fisiológicos-higiénicos
Al efectuarse el masaje en una persona sana para proporcionar mayor vigor al organismo o para aliviar el cansancio y esto asociado a la práctica de ejercicio físico o gimnasia suave, proporcionan en conjunto esa sensación de bienestar esperada.
Preventivos
Cuando se localiza y delimita por palpación una zona tensa o con posible lesión, se le comunica al sujeto que recibe el masaje y si es factible se deriva al fisioterapeuta.
Cumpliéndose así varias de las funciones del terapeuta manual: Cuidad-prevenir, tratar y promover la salud.
Terapéuticos
Cuando se utiliza el masaje para mejorar la función circulatoria, recuperar la movilidad restringida entre los tejidos dañados, aliviar y/o reducir el dolor, o para optimizar la conciencia sensorial.
Estético-higiénicos
Al movilizar la piel se provoca un efecto mecánico de arrastre o limpieza de esta, eliminando así las células descamativas.
Tiene resultados higiénicos puesto que al eliminar el cansancio en una persona sana produce un resultado estético.
Psicológicos-anímicos
El contacto de la mano experimentada proporciona calma, seguridad y confort a la persona tratada, le brinda relajación, a la vez que regula y alivia la tensión psicofísica.
Regula la función
El masaje ayuda a mejorar la capacidad de autocuración de nuestro cuerpo.
El terapeuta realiza una primera intervención para obtener información básica: Edad, profesión, estado general de salud y molestias que padeces. De esta manera, conseguirá tener una primera evaluación y podrá proceder a preparar la o las sesiones.
A continuación el usuario se colocara sobre la camilla y el profesional explorara con mas detalles los focos de dolor. En caso de tratarse de un masaje relajante se procederá directamente a su desarrollo.
Una vez realizada la exploración o determinado el tipo de masaje que desea/necesita recibir el usuario, el profesional procederá al desarrollo del masaje; haciendo uso de las maniobras que se adecuen a esta intervención.
De manera habitual se hace uso de aceite corporal o crema para masajes, con el objetivo de deslizar mejor por tu piel.
Al finalizar la sesión el terapeuta valorara si es necesario agendar otra; haciéndole saber al usuario al respecto, y es este ultimo quien decide si desea concertarla.
Durante el embarazo (primeros 3 meses de gestación).
En intervenciones quirúrgicas de menos de 6 meses.
Enfermedades infecciosas de la piel (hongos, lupus…) y otras no infecciosas generalizadas (por ejemplo la dermatitis alérgica), úlceras por decúbito y quemaduras.
Enfermedades vasculares inflamatorias (por ejemplo, flebitis), inflamaciones de los ganglios linfáticos, debilidad vascular y retenciones circulatorias graves.
Trombosis y embolia arterial, venas varicosas y en cardiopatías en general (como taquicardias e hipertensión arterial).
Inflamaciones agudas o patológicas con sintomatología típica: dolor, calor, rubor (enrojecimiento de la piel) e inflamación (aumento de volumen).
Hematomas, hemorragias recientes, heridas sin cicatrizar, esguinces agudos, contusiones, edemas agudos y derrames articulares.
Enfermedades agudas o en fase evolutiva, como estados febriles, náuseas, úlcera gástrica o úlcera duodenal.
Enfermedades de tipo metabólico (como la gota).
Fibrosis y enfermedades musculares degenerativas.
Enfermedades reumáticas agudas.
Enfermedades infecciosas o tumorales.
Procesos inflamatorios de origen bacteriano.
Problemas renales en fase aguda, cálculos de riñón, cálculos biliar.
Rotura o desgarros de músculos, vainas, tendones, ligamentos.
Traumatismos recientes y tratamientos quirúrgicos.
Enfermedades del sistema nervioso: lesiones de las vías piramidales y compresión nerviosa.
Aunque el terapeuta siempre preguntará sobre tus antecedentes clínicos y patología actual, es fundamental recordarle cual es tu estado de salud antes de recibir el masaje.