Recomendaciones:

Cómo prepararse para una sesión de masaje a domicilio:

Si has llegado hasta aquí es porque has decidido contratar alguno de mis servicios. ¡Gracias por tu confianza! 

A continuación, te presento algunas de las recomendaciones a seguir antes, durante y después de una sesión de terapia de masaje o servicio en general, lo que puede ayudarte a maximizar los beneficios de tu experiencia.

Antes de la sesión:

Estar hidratado ayuda a tu cuerpo a eliminar toxinas, lo que se estimula aun más gracias a los movimientos suaves del masaje que a la vez ayudan a mejorar la circulación sanguínea, el oxígeno y los nutrientes.

Un baño previo a la sesión aumentará la sensación de relajación y contribuirá a que tu experiencia sea inmejorable. Además de las obvias ventajas higiénicas, evitando que el sudor o suciedad en tu cuerpo se mezclen con los aceites o cremas utilizados, lo que no favorecería a la absorción de estos nutrientes y porqué no destacar que sentirse limpio mejora el humor de cualquiera.

Evitar disfrutar de una gran comida puede garantizar que no te sientas hinchado e incómodo. Lo recomendable es comer algo ligero una o dos horas antes para que tu digestión sea mas leve y así disfrutar de una experiencia relajante.

Establecer una comunicación clara con tu terapeuta es de suma importancia.

Comunicar sobre cualquier problema de salud ayudará al terapeuta a identificar el tratamiento adecuado para tu cuerpo (no olvides tus alergias, intervenciones quirúrgicas y patologías previas).

Comunica si hay áreas en las que deseas que se centre y a la vez si existen zonas donde te provoca incomodidad o donde puedes ser más sensible. Recuerda que mantener una comunicación abierta con tu terapeuta contribuirá a que la experiencia sea mas placentera.

Iniciada la sesión se te pedirá que te quites una o varias prendas, dependiendo la zona o zonas a tratar, por lo cuál utilizar ropa cómoda u holgada facilitará el cambio. Te aseguro que una vez finalizado tu tratamiento no querrás poner ropa ajustada en tus músculos sensibles y relajados. Evita el uso de joyas o accesorios y, si tienes el cabello largo, recógelo, esto evitará las pausas e interrupciones en el transcurso de la sesión.

Apaga o desconecta tu móvil o cualquier dispositivo electrónico para evitar distracciones. A la vez es conveniente dejar la vida laboral y los problemas de lado, tu cuerpo lo agradecerá.

Cuando llega el terapeuta:

Este se presentará en tu domicilio con una camilla totalmente desinfectada, toallas y sábanas limpias, aceites o cremas adecuadas a la terapia, algún implemento aromático y música relajante si así lo han acordado.

Deberás indicarle dónde quieres que instale la camilla, siendo un lugar donde el terapeuta pueda movilizarse alrededor de ésta para que la experiencia sea mas grata.

Mientras se instala, el terapeuta puede realizarte ciertas preguntas para conocer más tus expectativas respecto a la sesión. A la vez, coméntale cualquier duda o inquietud respecto a la terapia elegida.

Durante la sesión:

El objetivo de tu sesión es que te relajes. Por lo cual no debes sentirte obligado a conversar si no te apetece. Si hablar te hace sentir mas cómodo, hazlo sin problema. El terapeuta sabrá adaptarse a tus necesidades.

Que tu respiración sea cada vez más profunda contribuirá a la relajación. El terapeuta sabrá como levantar tus brazos o tu cabeza, no necesita de tu ayuda; deja ir tu mente y disfruta.

Si tienes frío o calor.

Si quieres que haya mayor o menor presión.

Haz saber cualquier incomodidad que tengas.

Es tu momento: debes disfrutarlo al máximo.

Es muy común quedarse dormido(a) durante algún punto de la sesión: no sientas vergüenza si esto ocurre, es indicador de que se ha hecho un buen trabajo.

Finalizado el tratamiento el terapeuta te lo hará saber, lo ideal es estar tres o cinco minutos más en la camilla e incorporarse después de forma progresiva, lo que evitará mareos o cualquier otro inconveniente.

Relájate y disfruta

¡Esto es obligatorio!

Después de la sesión:

Finalizada la terapia puedes tener sensaciones inusuales como cansancio, somnolencia o algún pequeño dolor muscular. Esto es normal puesto que se trata de una respuesta del organismo a las técnicas aplicadas. Esto dependerá de cada terapia, por lo cual seguir las instrucciones dadas por el terapeuta es de importancia.

A medida que tu cuerpo continua eliminando toxinas debido a la terapia, puede que vaya deshidratándose, por lo cual debes ingerir agua para continuar disfrutando de los beneficios.

Es recomendable esperar como mínimo una hora antes de ducharte. Este tiempo contribuirá a que tu cuerpo asimile el trabajo realizado y de igual manera se logrará la absorción del aceite o crema utilizado y así puedas disfrutar de los beneficios de sus propiedades por completo.

Comenzar a pensar en lo que debes hacer finalizada la sesión puede alejarte de tu estado de relajación demasiado pronto; lo mejor es seguir tomándotelo con calma.

Realizar muy pronto actividad física o mental puede eliminar los beneficios de la terapia antes de que hayas tenido la oportunidad de absorberlo todo. ¡RELÁJATE!

Convierte la terapia de masaje en parte constante de tu régimen de bienestar. Habla con tu terapeuta respecto a tu condición y disposición de tiempo para así decidir cuánto esperar antes de tu próxima sesión.

Los efectos positivos y relajantes de la terapia de masaje son acumulativos. En principio todo dependerá de para qué necesitas la terapia: algunas lesiones necesitan más trabajo, aunque, por lo general, lo habitual son tres o cuatro sesiones con una semana de separación. Este método suele dar el máximo rendimiento ya que en cada sesión se mejoran los efectos de la anterior. Después de esto, realizar dos sesiones al mes mantendrá la mejoría adquirida durante la terapia.


Seguir estas recomendaciones ayudará a potenciar y alargar los beneficios que la terapia puede proporcionar.

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