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El masaje relajante es un tipo de masaje suave que está basado en los principios de la fisioterapia, la movilización de los tejidos musculares, faciales y la regulación del sistema nervioso.
En el masaje relajante se emplean maniobras superficiales en las que la intensidad de la presión es suave, con ritmo lento y reiterativo, de manera que, al recibir un contacto repetido, se pierde la sensación de dolor y los músculos se relajan.
El objetivo principal de este masaje es la secreción de endorfinas que se produce durante su aplicación. Esta hormona, también conocida como la hormona de la felicidad, ayuda a aliviar tensiones musculares, mejorar la circulación y conseguir disminución del estrés y la ansiedad. Todo esto nos permite generar un estado mental de relajación.
Estimula la tranquilidad.
Reducción del estrés y las tensiones.
Disminuye el desequilibrio emocional.
Reducción de la tensión de los músculos.
Disminución del dolor y la inflamación.
Favorece a la circulación de la energía y el sistema inmune.
Mejora la circulación sanguínea y linfática.
Efecto higiénico-estético.
Combate la ansiedad y la depresión.
Mejora el descanso.
Favorece al sistema nervioso.
Elimina toxinas.
Este tipo de masaje esta indicado para cualquier persona que desee disfrutar de sus beneficios, pero es especialmente recomendable para personas con:
Altos niveles de tensión.
Ansiedad.
Agotamiento y cansancio físico.
Depresión leve.
Problemas circulatorios y musculares leves (cervicalgias, dorsalgias o lumbalgias).
Sobrecarga emocional.
Sobrecarga laboral.
Estrés.
Pesadez.
Poder disfrutar de un masaje relajante podría mejorar significativamente nuestro estado de salud físico y emocional.